Los poríferos, también llamados comúnmente esponjas, constituyen un grupo muy antiguo que estaba ya presente en el Cámbrico inferior, como así lo atestiguan los estratos de sílice negro compuestos esencialmente por espículas de esponja con un espesor de hasta 100 metros. Sin embargo, estos animales no fueron reconocidos como tales hasta finales del siglo XVIII. En 1.819 al ser encontrado yodo en sus cuerpos, fue razón suficiente para que se volviera a afirmar que debían ser plantas, aunque a finales de ese siglo se observaron corrientes de agua en su interior, prueba de su condición animal. El cuerpo de una esponja consiste básicamente en un agregado de diferentes tipos de células, que aunque no dispongan de ninguna coordinación por medio de un sistema nervioso (por lo menos entendido como tal), si funcionan al unísono. Presentan una gran diversidad de formas: bolas macizas, figuras tubulares o en forma de copa, arbolillos ramificados, o delgadas costras que cubren rocas u objetos duros y que le dan colorido; pero siempre fijas a una base o substrato.

El cuerpo de las esponjas tiene simetría radial y está compuesto, en su parte externa (Ectodermo), por células conjuntivo planas muy contráctiles, aunque con movimientos ameboides (no se aprecia ningún tipo de musculatura en ningún porífero).

La parte interna está formada por células denominadas coanocitos dotadas de un flagelo, tienen una doble función, la alimentaria y la del mantenimiento de la corriente de agua desde el exterior de la esponja hacia su interior. Entre ambas capas se sitúa una sustancia más o menos densa, gelatinosa, (Mesoglea) que contiene diversos tipos de células, las móviles (amebocitos) que se encargan de comunicar la capa exterior con la interior y de transportar el alimento, otras (esclerocitos) son las encargadas de segregar una especie de esqueleto de sostén del blando cuerpo de las esponjas, formado por espículas calcáreas o silíceas o por fibras de espongina (una sustancia proteica emparentada químicamente con los pelos y cuernos de los mamíferos); también pueden dar origen a las células germinales.

La esponja adulta es un animal sésil, incapaz de desplazarse, dependiendo para su alimentación de los sistemas de canales, cámaras y células flageladas escasamente organizadas. Dada la ausencia de células nerviosas (lo que indica la baja organización de las esponjas), debe de existir algún tipo de comunicación entre los diferentes tipos de células, posiblemente por difusión química, para que este agregado, o cóctel, de diferentes tipos de células funcionen como un solo animal. Su ectodermo está perforado por numerosos poros (Ostiolos) por los que entra constantemente agua nueva provista de oxígeno y partículas alimenticias, a su cavidad interior (atrio), una vez usada, es expulsada al exterior por el ósculo. La corriente de agua está producida por el movimiento sincronizado de los flagelos de los coanocitos que revisten el atrio.

La clasificación de las esponjas está basada en los materiales esqueléticos, que proporcionan el sostén a la esponja, es decir las espículas. Existen tres clases de poríferos (esponjas):

1. Calcisponjas, o esponjas calcáreas. Abarcan especies litorales, cuyas espículas son exclusivamente calcáreas.
2. Hexactinélidas, o esponjas silíceas. Comprende esponjas de aguas profundas, cuyas espículas silíceas, separadas o unidas entre si, forman redes esqueléticas de gran elegancia.
3. Demosponjas, o esponjas córneas. Comprende esponjas cuyo esqueleto tiene forma variable, y sus espículas son silíceas, o están compuestas de espongina (sustancia proteínica elástica córnea). A veces las espículas están también formadas por ambos componentes a la vez (sílice y espongina).

Dependiendo de su nivel de organización las esponjas se dividen en tres tipos: ascon, sicon y leucon; desde el más simple (ascon) al más complejo (leucon) van aumentando considerablemente su eficiencia en la capacidad de filtración del agua.

ASCON. Son esponjas de forma tubular, con simetría radiada y de pequeño porte (menores de 10 centímetros). Presentan una gran cavidad central denominada atrio (1). El movimiento del agua al atrio es forzada por los coanocitos a través los poros inhalantes (5) que atraviesan su pared corporal. Los coanocitos que tapizan el atrio (1) capturan las particulas en suspensión en el agua para la alimentación y esta es expulsada al exterior por el ósculo (2). Las esponjas calcáreas más elementales presentan este tipo de organización.

SICON. Aunque también son esponjas de forma tubular y de simetría radiada, su pared corporal es más gruesa y más compleja que la de las pertenecientes al tipo ascon. En estas la cavidad atrial se ha plegado aumentando su superficie y por tanto su capacidad de filtración. Presentan canales radiantes (3), que constituyen rudimentarias cámaras flajeladas (4), tapizados de coanocitos y que se abren al atrio (1) a través de un poro denominado apopilo. El agua hacia el atrio (1) entra a través de los canales inhalantes (6), procedente de numerosos poros dermales, atravesando los canales radiantes (3) donde el alimento es ya digerido por los coanocitos; finalmente el agua es expulsada del atrio (1) al exterior a través del ósculo (2). Algunas esponjas calcáreas presentan esta organización.

LEUCON. Es el grupo que alcanza la mayor complejidad y al cual pertenecen la mayor parte de las demosponjas. Este grupo carece de simetría radiada, tienen el atrio (1) reducido y poseen numerosas cámaras flajeladas (o vibrátiles). Las cámaras flageladas (4) son de forma globulosa, independientes y están tapizadas de coanocitos; se comunicadas entre si, con el exterior y con el ósculo (2) por una multitud de canales inhalantes (6) y exhalantes. Una esponja grande de este tipo puede tener varios ósculos (2), lo cual puede interpretarse como una colonia compuesta por varios individuos (uno por ósculo) o un solo individuo complejo.

Casi todas las esponjas se reproducen sexualmente, si bien todos los individuos pueden producir indistintivamente óvulos y espermatozoides, al ocurrir separadamente nunca se da una autofecundación, sino que podemos referirnos a una fecundación cruzada. También se reproducen de forma asexual, por medio de los cuerpos reproductores llamados gémulas, que o bien se escinden, convirtiéndose en animal independiente, o quedan unidas a la esponja madre, formando así colonias de esponjas.

Las esponjas son unos animales en algunos casos muy difíciles de identificar a simple vista por su carácter polimórfico, sobre todo las que presentan un desarrollo laminar incrustante, siendo imprescindible trabajo de laboratorio (preparaciones espiculares) para su correcta identificación.

Entre las más de 300 especies de esponjas que podemos encontrar en la ría de Arousa, las más características son: